Tras el edicto de expulsión promulgado por los Reyes Católicos la comunidad judía de Toledo
está dividida entre optar por la conversión y conservar sus bienes o partir al exilio y
comenzar una nueva vida dejando todo atrás. Efraím e Ivri encarnan ambas opciones. Mientras el
primero decide quedarse y casar a su hija con un nombre que le asegure un buen estatus social
el segundo decide partir a Flandes