Seis sospechosos cenan en el jardín de una lujosa casa de las afueras de Santiago de Compostela
mientras el cadáver de Xiana Alén de quince años yace en el suelo anegado de sangre de su
dormitorio como si fuera una instalación artística: sus padres su tía Lía Somoza -pintora de
fama internacional- una pareja de amigos y la anciana tía de las hermanas Somoza.